La aceptación es una virtud individual que implica la capacidad de comprender y asumir la realidad. Muchas personas en el mundo están viviendo una vida distinta a la que planificaron o querían tener. Sin embargo, la mejor manera de avanzar es aceptar. El proceso que te lleva a reconocer todas las dimensiones de una situación o de tu existencia en el mundo, también es un recorrido hacia la transformación personal. No se trata de luchar contra lo que no te gusta, se trata de adaptarse y mejorar.
El crecimiento personal requiere que establezcamos un compromiso con nuestro bienestar físico y mental. La aceptación es entender que existen asuntos y emociones que están fuera de nuestro control. A partir de este punto es que se propicia la calma. Por lo que, empezarás a sentir que te deshiciste de una carga que impedía tu evolución. En muchos casos, resulta difícil asumir la realidad tal y como es, por resistencia o por no saber de qué manera gestionar ese cambio. El acompañamiento psicológico es vital para transitar el proceso de forma adecuada y definitiva.
Aceptación de la realidad, transformación personal y bienestar
El proceso de aceptación conlleva a obtener otros beneficios para la salud. Aceptar, libera cargas emocionales. Además, es uno de los mayores actos de amor propio. Sin embargo, no puedes confundirla con la «resignación». Esta es una condición psicológica en la que está implícita un tipo de aceptación a medias. Es decir, se acepta, pero no se renuncia a la carga emocional negativa. Es imprescindible aprender a diferenciarlas porque ambas conllevan a consecuencias totalmente distintas. En el caso de la resignación, terminas en una especie de estancamiento en el que el sufrimiento está presente.
Cuando ocurre una aceptación verdadera, eliminas la necesidad de ejercer control en algo que no puedes controlar. Te conviertes en un ser consciente del daño que te causa esa situación o emoción y decides seguir adelante renunciando a esa carga. Para alcanzar este nivel, es esencial querer cambiar, tener disciplina y mucha fuerza de voluntad. No sin contar con un profesional de la salud mental, que es la guía más pertinente para llegar a comprender esos aspectos que te mantienen anclados en el sufrimiento y liberarte de ellos. A continuación, detallamos las estrategias más efectivas para mejorar tu capacidad de aceptar la realidad.
Reconocer que estás en un bucle de insatisfacciones que afectan tu bienestar emocional
Cuando algo no cumple tus expectativas y no hay manera de que logres que eso que quieres funcione para ti, puede producir sentimientos de insatisfacción, estrés, frustración y rabia. Si no te agrada donde vives, tus posibilidades económicas y otros aspectos que requieren tiempo y paciencia para mejorarlos, lo aconsejable es la aceptación. Pero para llegar a ello, lo principal es reconocer que tienes un problema que se repite constantemente y que te causa una serie de emociones displacenteras. Al reconocerlo, es cuando el proceso para desarrollar esta capacidad, comienza.
Enfócate solamente en lo que depende de ti
Realiza una autoevaluación para determinar qué está bajo tu control y contrástalo con lo que no puedes dominar. Este ejercicio te ayudará a tener una idea más clara sobre ti, en cualquier contexto o situación. Asimismo, te proporcionará el conocimiento básico para que puedas concentrarte en buscar estrategias dentro de tus posibilidades, que te hagan sentir mejor. No se trata de luchar contra las circunstancias que se presentaron, en realidad es para canalizar tu energía, en identificar qué puedes hacer por ti.
Identifica tus emociones
El proceso para desarrollar la capacidad de aceptación requiere que aprendas a identificar las emociones que evitan que avances. Asimismo, los sentimientos que te mantienen batallando contra la realidad. Hacer un mapa de esas sensaciones, te ayudará a buscar la manera de gestionarlas adecuadamente. Aceptar la realidad tal y como es, requiere que comprendas lo que te mantiene anclado a las ideas contrapuestas.
Trabaja el proceso de aceptación con un psicólogo de confianza
Ir a terapia es la decisión más acertada en estos casos. La aceptación de la realidad, tal y como es, necesita de tiempo y apoyo. En múltiples casos, esta condición es producto de una patología que limita la flexibilidad psicológica. Para el psicólogo, el paciente puede estar experimentando una evitación experiencial y una fusión cognitiva. Es decir, cuando la persona no vive el presente y no puede contrastar su experiencia con la realidad. Generalmente, el profesional elige abordar este tipo de casos con una terapia de aceptación y compromiso.
El mejor equipo de psicólogos está a tu disposición para acompañarte en el proceso que necesites el apoyo profesional pertinente. Elige mejorar y alcanzar el bienestar que mereces. Comunícate ahora y pide la cita que cambiará tu vida.