Ser empático o simpático son rasgos de la personalidad que no son distintivos. Están relacionados con el nivel de conexión afectiva que puedes desarrollar hacia otra persona. En el marco de los estudios sobre inteligencia emocional, se logra dilucidar las características de estos dos aspectos tan trascendentes. Sin embargo, desde el punto de vista general, también se les atribuye un carácter diferencial. A la simpatía se le relaciona más con una virtud social, atractiva. Mientras a la empatía, se le vincula con el grado de sensibilidad poseen algunos seres humanos, al ser capaz de ponerse en el lugar de los demás, para saber lo que sienten.
Determinar si eres empático o simpático tiene como parámetro esencial, el autoconocimiento. A través de este proceso, puedes llegar a comprender quién eres, tus ideales y sentimiento. La compenetración entre dos o más personas, está signada por las emociones. Estas influyen en la forma de procesar la información. Además, direccionan el pensamiento hacia lo más significativo. Esto desemboca en la decisión de generar una acción o no. Quieres saber cómo influyen estos dos términos en tus relaciones con los individuos de tus entornos. A continuación, lo describimos todo. ¡Continúa leyendo!
Empático o simpático: ¿cuál es tu cualidad más predominante?
Las relaciones sociales pueden llegar a ser muy complejas. Lo que puede llevar a disolver cualquier desavenencia es la afinidad y las coincidencias. Ser empático o simpático, tienen su anclaje en lo cognitivo- emocional. Ambos aspectos constituyen las vertientes intrapersonal e interpersonal, que forman parte de tu personalidad. Es decir, la percepción y expresión de tus propias emociones, así como la apreciación de las mismas, en los demás.
Empatía emocional y cognitiva
Cuando revisamos la relación que existe entre la inteligencia emocional y la empatía, encontramos una explicación más loable sobre ser empático o simpático. Ambos términos están relacionados con la «empatía». Es decir, existe la empatía emocional a la que la literatura especializada denomina como «simpatía» o preocupación empática y la empatía cognitiva. En la primera, desarrollas la capacidad de coincidir con los sentimientos, preocupaciones y alegrías de la otra persona. Pero no en un modo externo, sino bajo los parámetros de una conexión afectiva profunda. Logras trascender y conectar con la otra persona.
Un ejemplo es cuando puedes sentir tristeza al ver a tu amiga llorar, más por el nivel de afinidad y la consciencia de la representación interna del dolor. Tu sistema neurológico te proporciona la capacidad de observar y tener una idea precisa de lo que le sucede. Es decir, se activan en tus circuitos cerebrales, las mismas emociones que siente la otra persona. Esta capacidad es más factible, cuando has experimentado lo mismo, por lo que logras comprender sus emociones, en toda su dimensionalidad.
De acuerdo a la investigación titulada: «La contribución de la emoción y la cognición a la sensibilidad moral: un estudio del neurodesarrollo (2012)», los autores Jean Decety, Kalina J. Michalska y Katherine D. Kinzler, le dan un concepto vital a la empatía cognitiva. La definen como la facultad para explicar, identificar, comprender y predecir con exactitud, las emociones de otras personas, relacionadas con una situación concreta. Es decir, hay una perspectiva, respecto al sentir de otra persona. Esta actitud está vinculada al estudio, el conocimiento y/o la experiencia que hayas tenido. Es por ello que, puedes descubrir lo que le sucede, pero no logras sentir lo que siente.
¿Qué es la simpatía?
Ser empático o simpático desde la cosmovisión popular, tiene una connotación más sencilla. Ambos aspectos se tornan diferentes, porque mientras la empatía se le considera como la capacidad de ser sensible ante el dolor ajeno y ponerse en el lugar del otro. La simpatía tiene un carácter menos profundo, pero igual de importante. Esta, comprende el conjunto de rasgos verbales, fisionómicos, ideológicos y estéticos, que generan agrado, confianza y bienestar en otras personas. Eres simpático cuando atiendes a los demás de forma cordial y cuando posees cualidades que llaman la atención.
Saber si eres empático o simpático: ¿por qué es tan importante?
Conocerse a sí mismo es primordial para desarrollar la capacidad ideal para desenvolverse en la sociedad. Conocer cómo eres y cómo puedes llegar a reaccionar en determinados momentos, te proveerá de un potencial único. Saber si eres empático o simpático, puede ayudarte a que comprendas mejor, cómo funcionas tú en el entramado social, cuáles son tus límites y tus oportunidades.
Si sientes que necesitar ayuda profesional, no dudes en buscarla. La psicoterapia puede ayudarte a reconocer todo lo que es valioso en tu vida y lo que no. Despójate y sigue adelante. Elige tu bienestar emocional. Encuéntralos aquí.