Según la psicología, las obsesiones son pensamientos reiterativos aferrados a una idea. Son esencialmente intrusivos, por lo tanto, causan inestabilidad en la salud mental. Esta condición está relacionada con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), que a su vez, tiene un vínculo significativo con la ansiedad. Si no se trabaja en ello, estos pensamientos pueden llegar a convertirse en un torbellino capaz de hacerte perder la capacidad de producir, concentrarte y llevar a cabo de manera eficiente tus dinámicas diarias.
Existen obsesiones que resultan positivas para la vida. Sobre todo, aquellas que hacen posible mejorar cada día para alcanzar un propósito. Este tipo de obsesión es estratégica porque se trata de impulsar el crecimiento personal o profesional. Sin embargo, de no gestionarse dentro de nuestros propios límites, irremediablemente, puede transformarse en un tipo de ofuscación que resulta negativa. Por lo tanto, resulta valioso para todos conocer cómo se origina y las consecuencias de esta condición, para tener la capacidad de reconocerla en nosotros o en los demás. Este tema te interesa, sigue leyendo.
Obsesiones: cuándo comienzan y qué consecuencias acarrean
Podemos contar como obsesiones negativas, los pensamientos recurrentes que producen la sensación de no poder controlarlos y que, además, estimulan un tipo de comportamiento no deseado. Aunque la lista de ejemplos es larga, mencionemos algunos. Pensar que estás rodeado de bacterias y sentir la necesidad de lavarte las manos recurrentemente. Evitar salir de casa por miedo obsesivo a enfermarse. También, desear sexualmente a una persona. Pensar recurrentemente en ella, sobre todo en poseerla, sin concientizar en sus sentimientos o el daño que puedes causarle.
En la actualidad, no se conocen las causas exactas del origen de esta condición. Sin embargo, los profesionales de la salud mental han logrado identificar algunos factores de riesgos. En este conjunto están los daños en ciertas zonas cerebrales, causados por lesiones, infecciones y traumas. Asimismo, existen evidencias que permiten descubrir la influencia que tiene la herencia genética. Además, los abusos sexuales y físicos, también están considerados como eventos traumáticos que conllevan a las víctimas a tener pensamientos y conductas obsesivas.
Las consecuencias de las obsesiones
Las obsesiones pueden llegar a ser el aliciente de conductas antisociales. Asimismo, impiden que desarrolles tu jornada laboral o académica de forma efectiva. La razón más evidente, es que te conviertes en una especie de esclavo de tus propios pensamientos. Existen rasgos específicos que se derivan de esta condición y que permiten identificarla. Generalmente, las consecuencias sociales no se hacen esperar. Muchas personas que son obsesivas, tienden a experimentar cierto rechazo en los entornos donde se desenvuelve. Sobre todo, si suele ejecutar acciones disruptivas respecto al protocolo socialmente aceptado. Por ejemplo, evitar dar la mano para saludar, perseguir a alguien, ordenar objetos de forma compulsiva, etc. Incluso, practicar algún ritual para calmar la ansiedad de sus pensamientos, delante de todos.
En el aspecto psicológico, las obsesiones causan desgaste mental y energético. Asimismo, estimulan episodios graves de ansiedad. Bajo este tipo de condición, es poco probable encontrar la calma permanente. Así como, disfrutar plenamente de la vida. Además, la persona puede llegar, no solo a causar daños a otros, también a infligirse agravios a sí misma. Cuando transcurre mucho tiempo y no se le proporciona la asistencia sanitaria correspondiente, desarrolla movimientos físicos involuntarios. Es decir, contraer los hombros, sonarse el cuello, a modo de alivio a las tensiones, morderse las uñas, etc.
¿Qué debes hacer ante la mínima evidencia de esta conducta?
Si te obsesiona una idea y llegas a experimentar ráfagas de pensamientos que no puedes controlar, es evidente que necesitas consultar con un especialista. El diagnóstico de las obsesiones corresponde únicamente a los profesionales de la salud mental. Esta condición requiere un abordaje profesional y la disposición personal de mejorar. Generalmente, se realizan distintos exámenes y evaluaciones para hacer descartes específicos. Esto con la finalidad de encontrar las causas e identificar el tratamiento más adecuado. Este puede incluir medicamentos y psicoterapia, especialmente, la terapia cognitiva-conductual.
Aunque puedes hacer mucho por ti mismo, intentando controlar los pensamientos obsesivos, es indispensable contar con el apoyo psicológico adecuado. Hay algunas estrategias que puedes llevar a cabo y que se resumen en los seis consejos efectivos para reprogramar tu cerebro y mejorar tu calidad de vida. Además, es imprescindible evitar exponerse a preocupaciones y situaciones estresantes. Es esencial, que mientras sigas el tratamiento, intentes reemplazar hábitos pocos saludables, por aquellos que te generen más salud.
No olvides que lo más efectivo que puedes hacer, en primer lugar, es buscar información. El conocimiento te ayudará a dar los pasos correctos en función de tu mejoría. Además, es la mejor manera de hallar las estrategias más efectivas para afrontar distintas dificultades en la vida. En lomassaludable.com encuentras todas las respuestas que buscar y las que necesitas ahora.