Seguramente, en algún momento de tu vida te habrás preguntado si es posible gestionar las emociones. Es evidente, que estas tienen gran influencia en la conducta expresiva, en las vivencias afectivas y en la estimulación fisiológica. Son reacciones psicofisiológicas que se manifiestan ante situaciones que se perciben como un riesgo al bienestar integral. De acuerdo a la organización Mundial de la Salud, aproximadamente, el 90% de las enfermedades que padece una persona tienen un origen psicosomático. Es decir, que se padece físicamente, lo que se origina en el plano psicológico.
El primer paso para gestionar las emociones, es reconocerlas. La educación emocional es clave en cualquier momento de la vida. Este elemento hará que adquieras conocimientos y desarrolles las habilidades sobre las emociones. El conocimiento te permitirá hacer un reconocimiento más acertado de lo que sientes. En este proceso, los psicólogos resultan ser esenciales. No se transita una etapa tan importante, en la que aprendes de autocontrol emocional, sin la orientación de un profesional de la salud mental. Pero, como es vital que pongas de tu parte, te describiremos cómo puedes alcanzar el máximo bienestar manejando, adecuadamente, este aspecto.
Cómo puedes mejorar tu salud mental al gestionar las emociones
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental se define como el «estado de bienestar» que hace que un ser humano esté consciente de sus facultades individuales para hacer frente a los retos de la vida. Esta capacidad incluye, trabajar de modo productivo y contribuir positivamente a su comunidad. Pero este aspecto puede verse socavado por el efecto de las emociones negativas. Las acciones precisas son cruciales. Desde la reevaluación cognitiva hasta la autoconsciencia. Sin embargo, el autocuidado es primordial, así como las redes de apoyo.
Reconocer e identificar para gestionar las emociones
Para gestionar las emociones, el primer paso es aprender a reconocerlas e identificarlas. Este es un proceso auténtico, que requiere de apoyo profesional, pero también, de mucha voluntad propia. El reconocer e identificar, implica conocerte a ti mismo. Al lograr tomar conciencia de lo que está sucediendo y extraer el significado de lo que sientes, habrás adquirido la capacidad de evaluar distintas estrategias. Así empezarás a asumir, entender y trascender cualquier emoción no placentera.
Las acciones concretas para lograr precisar los eventos, conductas, situaciones y personas que estimulan las reacciones, implican la auto-reflexión, autoobservación, autoanálisis y la autoevaluación. Estos mecanismos son las mejores fórmulas para gestionar las emociones y cuidar tu salud mental.
Enfócate en los pensamientos positivos y constructivos
Una vez te conozcas a ti mismo, será mucho más fácil que puedas enfocarte en administrar tus pensamientos. Lo positivo y lo constructivo, te ayudarán a abrir espacios más saludables en el plano cognitivo. Esta acción te liberará de las visiones negativas, por lo que podrás ampliar las perspectivas. Sin duda, que el apoyo profesional es clave para lograr este objetivo. Porque te proveerá de herramientas para afrontar un cambio en el modo de pensar. También, te ayudará a canalizar y alejarte de los estímulos negativos o peligrosos.
El objetivo fundamental es, saber servirse de los estímulos positivos para contrarrestar los escenarios fatalistas. Además, aprender a desprenderse de los pensamientos vinculados a la necesidad de controlar, de competir excesivamente, del perfeccionismo y la autoexigencia. Es ideal, lograr transformar cualquier experiencia negativa en aprendizaje que puedas compartir con otras personas. Sin esta estrategia, se te hará cuesta arriba poder gestionar las emociones, afectando tu salud mental, progresivamente.
El autocuidado efectivo
Estas son las pequeñas y grandes acciones que resultan vitales para que te fortalezcas física y emocionalmente. Una acción básica es la alimentación. Si es saludable y equilibrada, estarás adquiriendo los nutrientes, vitaminas, minerales que tu organismo necesita para alcanzar el bienestar deseado. Los procesos químicos del cerebro, que elevan la felicidad, se activan con ejercicios físicos y un menú sano. También, el autocuidado comprende aplicar la higiene personal y la preservación de la buena presencia. Prioriza las salidas al aire libre y evita exponerte a situaciones complicadas.
El descanso también está vinculado al autocuidado efectivo. Para gestionar las emociones adecuadamente, también es fundamental el descanso. Asimismo, las técnicas de respiración, la meditación y el yoga, al menos 30 minutos al día. Muchos profesionales de la salud mental, recomiendan aplicar el distanciamiento psicológico del trabajo, luego de la jornada laboral. Es efectivo, rodearse de buenos amigos o formar parte de actividades que te faciliten la socialización.
Prioriza tu salud mental, solicita una cita y aprovecha las ventajas de recibir el apoyo profesional adecuado en el momento idóneo. Prepárate para asumir los retos de la vida, desde hoy.