En la dinámica de vida actual, miles de personas necesitan ayuda con la depresión. Este trastorno psicológico es uno de los más minimizados por creencias populares que desvirtúan su impacto al señalar que es una signo de «debilidad», «flojera» o «falta de voluntad». Sin embargo, es una enfermedad que requiere del acompañamiento social, familiar y médico. Este último es el más trascendental para su diagnóstico y tratamiento adecuado.
Una persona que necesita ayuda con la depresión, generalmente, no lo expresa. Esto significa, que ante la más mínima evidencia, quienes están más cerca de ella, deben actuar. La primera medida, sin duda, es informarse. Es decir, tratar de averiguar qué le sucede, hablándole directamente. También, investigando a través de los medios que se tengan al alcance. Sin embargo, lo más recomendable es solicitar la opinión de un especialista de la salud mental.
Ayuda con la depresión: ¿qué hacer para apoyar de manera segura y efectiva a un familiar?
La depresión es un trastorno de la salud mental. El diagnóstico le corresponde a un especialista de la salud mental. Sin embargo, si llegas a notar algún síntoma en uno de los miembros de tu familia, es fundamental saber abordar el problema. Primero, debes comprender que es una enfermedad clínica severa. Segundo, que los episodios duran por mucho tiempo y que deben ser tratados de forma adecuada para evitar el riesgo de recaídas o consecuencias físicas más graves.
Proporcionar ayuda con la depresión a un familiar, es un desafío. Sin embargo, genera muchas ventajas, en cuanto al nivel de conocimiento, en cómo funciona el cerebro humano. Esto se debe, a que no es cualquier desafío, es uno que implica investigar para propiciar unas condiciones de vida, de ambiente y de trato más adecuadas para la persona afectada.
Causas de la depresión
Para prestar ayuda con la depresión, saber cuál es el origen resulta muy importante. Este trastorno puede ser originado por varias causas. Los principales factores precipitantes son, genéticos, biológicos y sociales. Los factores biológicos, por ejemplo, tienen vinculación con los neurotransmisores. Estos corresponden a las sustancias químicas del cerebro. En los cuadros depresivos, tanto la Serotonina como la Noradrenalina no tienen un funcionamiento correcto. Por lo tanto, resulta evidente la necesidad de solicitar la intervención de un profesional de la psicología para que recete el tratamiento más adecuado al nivel de gravedad del caso.
Los síntomas más evidentes
El trastorno depresivo tiene una serie de síntomas que se evidencian en el comportamiento cotidiano. Por ejemplo, la poca tolerancia a los contratiempos, tristeza, cambios de humor repentinos y la falta de emociones, ya son motivos claves para abordar al familiar. Por supuesto, la forma de aproximarse debe ser con el mayor tacto posible. Es decir, evitar tratarlos con dureza o con debilidad. El trato debe ser comedido, empático y de apoyo.
En cuanto a los síntomas físicos, existen algunos que son muy evidentes. Es decir, la falta de energía, comer en exceso, muy poco o no tener apetito. Además, de la pérdida de peso y la falta de interés por las relaciones sexuales. En caso de ser niños, generalmente, suelen dejar de comer y pierden todo interés por las actividades que les divertía. Además, precisar llantos constantes, lentitud, cierto grado de torpeza y el descuido total de la apariencia física, son motivos suficientes para determinar que ese familiar requiere ayuda con la depresión.
¿Cómo puedes ofrecer ayuda con la depresión a un familiar de manera adecuada?
Lo primero es saber cómo actuar delante de ese familiar que requiere ayuda con la depresión. Para ello, lo recomendable es solicitar orientación de un profesional de la salud mental. Busca apoyo en un psicólogo para que puedas tener la actitud más acorde al problema. Es decir, esa persona no necesita que la infantilicen, porque esto podría reforzar ciertos pensamientos destructivos como el de «no sirvo para nada». Asimismo, si tienes niños en el núcleo familiar, permite que un especialista les explique lo que está sucediendo.
Muéstrate cercano y dispuesto a escuchar. Si consideras que no eres una persona de confianza para él o ella, encuentra el apoyo de un amigo o familiar con el que pueda desahogarse si así lo necesita. Trata de generar las condiciones ambientales adecuadas. Por ejemplo, si van a ver una película en familia, que sea una producción alegre, divertida, que pueda estimular un ánimo positivo en todos los miembros de la familia. Asimismo, cuida su alimentación. Infórmate sobre los alimentos más adecuados para una persona que está sufriendo un cuadro depresivo.
Si tienes un familiar con síntomas depresivos, es fundamental que busques ayuda psicológica. Los especialistas sabrán cómo abordar este trastorno y encaminar al paciente a una recuperación correcta. Ante cualquier duda, comunícate. Un equipo de profesionales con experiencia, podrán apoyarte para que alcances el bienestar deseado.